Un concurso internacional de ideas del Ayuntamiento premia un proyecto basado en la reversión y neutralización de la intervención humana en el paisaje

Hace dos años, la ciudad de Alicante lanzó un concurso internacional de ideas para reordenar la franja litoral, unos 21 kilómetros de costa que se extienden entre los límites con El Campello, al norte, y Santa Pola, al sur. Tras dos procesos de selección, ya hay anteproyecto ganador, firmado por dos estudios alicantinos de arquitectos e ingenieros, el Grupo Aranea y Subarquitectura. Su propuesta no se basa en “construir estructuras sobredimensionadas ni todo aquello que no sea necesario”, sino en todo lo contrario. La idea central del plan es “aprovechar la antropización, es decir, la intervención humana en el paisaje, para revertirla y neutralizarla”. En una de las costas más castigadas por la colonización del ser humano, la verdadera revolución e innovación consistía en dejar respirar a la naturaleza y reciclar sus cicatrices.

Según los integrantes de Subarquitectura y Grupo Aranea, la costa alicantina no es uniforme. Hay zonas de arenal, otras rocosas, algunas presentan las heridas del urbanismo y otras han resistido al paso del ser humano. “La costa está repleta de tesoros geológicos, de flora y de fauna que la hacen muy diversa y atractiva para el turismo”, señalan los redactores del proyecto ganador. Para recorrerla, proponen la instauración de un servicio de autobús translitoral ecológico, “que promueva la convivencia entre ciudadanos y turistas” y que disponga de información de las características de cada zona mediante una app. Su intención es combinar el turismo de sol y playa, asentado en las playas de arena, “con otro con más movilidad y curiosidad por el entorno”.